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En Andorra, para llegar desde la frontera con Francia hasta la frontera española, solo se tarda una hora en coche. Con una superficie de 468 km², el Principado de Andorra es uno de los estados más pequeños de Europa. Sin embargo, su extensión vertical es considerable: este país está situado entre 840 y 2.942 metros de altura y contiene 65 picos de montaña que sobrepasan los 2.000 metros.
La mayor parte de la población se concentra en el valle principal de Andorra, atravesado por el río Gran Valira, donde también se encuentra la capital, Andorra la Vella. La lengua oficial del estado es el catalán.
La red senderos bien señalizados que se extiende por todo el territorio permite explorar el país a pie. Estos incluyen numerosas rutas de senderismo de larga distancia que atraviesan Andorra, como el Camino del Reencuentro o el Coronallacs, o rutas con un foco más cultural, como la Ruta del Hábitat Rural, la Ruta del Hierro o el Camino Hidroeléctrico de Engolasters.
Andorra contiene unas 1.500 especies de flora y fauna, entre las que destaca el narciso blanco, la flor nacional del principado. Además, en los paisajes del principado también se encuentran abundantes plantas medicinales, setas como los deliciosos “ceps” (boletus edulis) y una gran variedad de árboles y arbustos.
La variada de naturaleza de Andorra ofrece un hábitat ideal para muchos animales, como las gamuzas, las marmotas, las lagartijas pallaresas, las ardillas, los jabalíes y las aves rapaces como el quebrantahuesos. En Andorra, estas especies se consideran patrimonio biológico y están protegidas dentro de varios cotos de caza y pesca y en los parques naturales.
La zona de Vallnord es ideal para hacer bicicleta de montaña, donde los remontes habilitados para bicicletas permiten el acceso al Vallnord Bike Park durante los meses de verano. Y, ciertamente, en Andorra tampoco faltan posibilidades para escalar: las vías ferratas del Roc d’Esquers, Sant Vicenç d’Enclar y la Directíssima del Roc del Quer son solo algunos ejemplos de las excelentes vías que ofrece el principado.
Además de las actividades deportivas, las numerosas fiestas y celebraciones permiten sumergirse en las tradiciones centenarias de este estado pirenaico.
Cada último sábado de mayo se celebra el Aplec de Canòlich en el municipio de Sant Julià de Lòria. Además de la solemne misa, se reparte el famoso pan de Canòlich y la ocasión se celebra con fuegos artificiales que iluminan el cielo.
El fuego también es el protagonista de las Fallaires de la capital, Andorra la Vella. Para celebrar la noche de San Juan y el solsticio de verano, el 23 de junio es tradición encender antorchas y agitarlas hasta crear grandes círculos de fuego.
La fiesta más importante del principado es la Diada de Meritxell, que se celebra anualmente el 8 de septiembre.